¡Muy buenos días!

Como ya os dije, en la entrada anterior sobre nuestra boda, os traigo la segunda parte donde os muestro cómo fue el convite y me adentro más en la decoración.

Lo celebramos en una acogedora bodega del centro de Jerez, la Bodega Álvaro Domecq, junto con el cátering Los Arcos, de los cuales todos los invitados quedaron muy satisfechos con la comida tan rica que sirvieron.

Para su decoración, contamos con la ayuda de la floristería Artemisa, que hicieron un trabajo espectacular.

Para empezar, en el patio, nos prepararon el sitting, todo muy acorde con los tonos de la boda: rosa, burdeos y dorado.

Respecto al salón, igualmente quedamos encantados con el resultado.

Para empezar, decidimos añadir varias lámparas de araña, las cuales vistieron el techo de la bodega y le dieron un toque más glamuroso.

En cuanto a las mesas, escogimos sillas de bambú, mantelería neutra, cubertería dorada y unos centros también muy elegantes, con flores muy similares a las que llevaba en mi ramo.

Respecto a la mesa presidencial, para diferenciarla, elegimos un camino de mesa al cual le añadieron algunas velas para hacerlo aún más acogedor y mágico.

Además, justo detrás nuestra, pusimos una mesa decorativa asemejándose al sitting que os mostré antes.

Mientras disfrutábamos del almuerzo, lo amenizamos con varios juegos. Una idea fantástica por parte de mi tío que fue el artífice de ellos y además fue nuestro dj.

Y sin darnos cuenta, ya estábamos en la apertura del baile. Nuestra canción fue Un mundo ideal, de Aladdin, nos parece muy romántica y de cuento. Además que nos venía al dedillo después de cómo Fran me entregó el anillo en Disney.

Después, tocó el turno de bailar con mi padre, teníamos una canción lenta y romántica elegida pero, a mitad de ella, se la cambié y le puse una de sus favoritas: Highway to Hell de AC/DC. ¡Para nada se lo esperó! Fue todo un momentazo jajaja.

Y ahora sí, dimos comienzo a la barra libre, a los bailes sin coreografía, a las risas, a los momentos divertidos en el fotomatón...

Y así terminó nuestro gran día. Un día lleno de nervios, ilusión, emoción, alegría, risas...Un día que jamás olvidaremos, que volveríamos a repetir con los ojos cerrados, del que estamos muy agradecidos de que todo saliera tal como pensábamos gracias a la ayuda de nuestras familias y proveedores.

Un día que sin duda fue de cuento, nuestro cuento.

Muchos besos,

Cristina